Yo me consagré con Santa María de la paz en el 2008 en la catedral metropolitana, mi hijo mayor muy mariano. Quiere mucho a la virgen, le comenté que me habían invitado a consagrarme con una prima que ya se había consagrado, él me dijo “yo no estoy anotado pero me voy a consagrar espiritualmente a Santa María de la Paz.” Me acompañó y estuvo feliz en la misa, sus palabras fueron “yo sé que la virgen me recibió” yo le dije que el compromiso era hacerle el santo rosario todos los días y asistir a la misa, para él fue fácil puesto que desde pequeño le hacía el rosario a la virgen.
En el 2011 mi hijo se enfermó mucho, parecía ser un virus sin embargo luego de estudios en el año 2012 nos anuncian en el hospital Pablo Tobón que él estaba padeciendo cáncer, desde ese momento lo hospitalizaron, él como siempre tan entregado a la virgen yo le recordé que estaba consagrado a Santa María de la Paz, siempre hacíamos el rosario juntos, cuando las quimioterapias eran fuertes y estaba débil él me decía “sabes que no te respondo pero haz el rosario en voz alta que yo mentalmente lo sigo” esto dado a que la voz no le salía por la falta de fuerzas.
Él nunca renegó de su enfermedad, la aceptaba, la familia siempre le acompañó. Él me decía en el proceso de tratamiento que fue largo “mami yo sé que me voy un viernes, sí me voy a las 12:00 m me voy con Santa María de la Paz y sí me voy a las 3:00 pm yo sé que me voy con Jesús.” Él falleció el 08 de Junio a las 12:00 m en el hospital Pablo Tobón Uribe, yo quedé llena de alegría y me dije “mi hijo no murió, solo se fue” y tengo la certeza de que mi hijo se fue con Santa María de la Paz. Luego de esto yo acudía a los sagrarios y a los templos y lloraba, la gente pensaba que lo hacía por mi hijo pero yo lloraba porque sentí que había caído ante mí una cortina y vi que mi dolor no era nada comparado con el de dolor que sufrió la virgen santísima con su hijo, viéndole maltratado, azotado y ella solo podía contemplar todo esto desde lejos sin poder hacer nada. Me sentí bendecida al saber que yo estuve al lado de mi hijo hasta el último momento abrazándolo, tocándolo, diciéndole cuanto lo amaba, orando con él, dándole fuerzas y él dándomelas a mí.
Para mí es muy grande Santa María de la Paz, me ha hecho muchos pero muchos milagros más, yo tengo la imagen de ella en mi alcoba y repito muchas veces al día “Santa María de la Paz no te merecemos pero te necesitamos” y cuando hago el santo rosario siempre en cada casita hago esta jaculatoria, ella siempre está ahí y nos escucha.
Agradezco a ustedes y a la virgen santísima por permitirme dar testimonio, agradezco también al Padre Carlos Augusto.