La Cruzada del Santo Rosario por la Paz es uno de los principales apostolados de la Corporación Santa María de la Paz. Nació en Medellín el 12 de junio de 1999, día del Inmaculado Corazón

Dice su leyenda o novela que comienza entonces un largo peregrinaje hacia extrañísimas tierras llegando hasta Edesa, pasado el Éufrates. Esta es la ciudad que la incansable viajera y también peregrina Eteria describe como la metrópoli imposible de evitar a todo peregrino que desde Occidente llega a visitar, movido por la fe, los lugares santos donde nació, vivió, murió y resucitó el Señor para nuestra salvación. El bullicio, la piedad, el humo y aroma del incienso en la basílica del Apóstol Tomás –el que metió su puño en el costado abierto de Jesús– cuyos restos cercanos son día y noche venerados, la oración privada pública, las continuas idas y venidas de las gentes que besan las estatuas de los santos rebajando las piedras con los labios y las manos, el visiteo a la estatua del rey Abgar a quien Cristo escribió una carta, son el ambiente normal de Edesa a donde ha arribado Alejo. Llegó rico, pero ahora es un mendigo más de los que abundan entre los pórticos y en los ambientes más frecuentados por el hormigueo de la gente. Entre rezo y rezo, contento y alegre, pide limosna y la reparte entre los más pobres. Vive gozoso y sin ataduras, pensando que así lo quiere Jesús. Disfruta con el gozo de sentirse cercano a los restos mortales –reliquias– del discípulo del Señor, entre aquellas piedras que huelen a fe y a santo, participa hondamente en los misterios sagrados, entre el bullicio está sumido en contemplación y hace todo el bien que puede a los desafortunados.